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La Mezquita de Córdoba, ¿problema de derecho de propiedad o polémica artificial?

En Córdoba se construyeron dos maravillas artísticas, la mezquita y el palacio califal de Medinat al-Zahra, éste último, destruido por las luchas internas entre musulmanes sucedidas entre los años 1010 y 1031 (año en que se abandona y pasa a caer en el olvido).

Historia de la mezquita.

Veamos ahora un poco de la historia de la mezquita:

 

Hace ahora casi 8 siglos, en el año 1236, Fernando III conquistó Córdoba y entrega la mezquita a la Iglesia católica, que la consagra como catedral en 1239. Este hecho no era algo insólito. Sin ir más lejos, en 786, Abd al-Rahman I inició la construcción de la mezquita sobre la basílica visigoda de San Vicente mártir, un templo cristiano visigodo que ocupaba el lugar donde en la época romana estuvo un templo dedicado a la diosa Juno. Es decir, según iban pasando las distintas civilizaciones, los lugares más importantes se adaptaban a la idiosincrasia de la recién llegada.

La Basílica de San Vicente Mártir se edificó a mediados del siglo VI. Fue consagrada al santo del cual tomó el nombre y, debido a su situación en la ciudad, fue adquiriendo importancia y acabó convirtiéndose en el principal templo de la misma y en la sede episcopal.

Tras la llegada del islam a la península, Muza estableció el reparto del conjunto basilical en el pacto de capitulación alcanzado en el año 714, por el que una parte se dedicó al culto islámico y en otra permaneció el culto cristiano. Este compromiso de respetar la parte cristiana de la basílica se respetaría siempre y cuando se pagasen los tributos exigidos. La convivencia fue difícil, y no siempre se respetó el compromiso. Así, por poner un ejemplo, durante los conflictos entre yemeníes y muladíes en el año 748, las autoridades musulmanas emplearon la parte cristiana para el juicio y condena a muerte de los cabecillas yemeníes. Finalmente en el año 786, los musulmanes construyeron sobre ella la mezquita principal de la ciudad, reutilizando una gran parte de los materiales.

Dentro de la mezquita islámica convertida en catedral cristiana, en el siglo XVI, se construyeron la Capilla Mayor y el Crucero catedralicios. Realmente, y aunque las reformas fueron muy importantes, se respetó la mayor parte del edificio y el estilo árabe de la parte no tocada. Es decir, sólo se introdujeron modificaciones de forma y estilo en las zonas reformadas. Esto fue debido a que cuando el rey Carlos I visitó la Catedral, ante el «bosque» de columnas y belleza de la antigua mezquita, mandó que se conservara lo que aún quedaba, no pudiendo derribar ni una piedra más de la parte andalusí. Esta es la razón por la que el núcleo de la parte cristiana parece tan pequeña, aunque no lo sea tanto, y resultando así ser uno de los primeros ejemplos de integración arquitectónica, al menos en España.

El arquitecto conservador de la catedral, Félix Hernández, entre 1931 y 1936, realizó varias excavaciones arqueológicas en la zona más antigua de la sala de la oración. Como consecuencia de estas, se han recuperado algunos de los restos del templo visigodo, como mosaicos, capiteles y pilares. Algunos de estos restos se pueden ver hoy en día en el Museo de San Clemente, ubicado dentro del actual edificio catedralicio de la Mezquita, en uno de los ángulos de la ampliación de Al-Hakam II. También se pueden contemplar otros restos bajo el subsuelo de la catedral ya que se han habilitado láminas de metacrilato transparente que cubren las zonas excavadas.

¿Cuántos templos han preexistido en la ubicación actual de la propia basílica de San Pedro? ¿Se conservó acaso el carácter cristiano del templo de Santa Sofía de Constantinopla, una vez conquistada la ciudad por los turcos? Ambos casos son totalmente normales; ni los pueblos conquistadores han mantenido los templos de los conquistados en su dedicación religiosa precedente, ni es nada raro –sino todo lo contrario– que un lugar considerado sagrado desde la antigüedad haya conservado su carácter de tal siglo tras siglo y haya servido de ubicación a templos de sucesivos cultos. En esta línea, la mezquita-catedral de Córdoba no es una excepción. Es una catedral cristiana en un templo antes islámico, como existen templos islámicos instalados en sedes previamente cristianas, o iglesias evangélicas que antes fueron católicas… Y no debe olvidarse un detalle: en Córdoba se construyeron dos maravillas artísticas, la mezquita y el palacio califal de Medinat al-Zahra. Aquélla se conserva gracias a la Iglesia católica; éste no, lo destruyeron los propios musulmanes en sus luchas intestinas.

Hasta aquí llegan lo que podríamos llamar hechos históricos.

La polémica.

Bajo mi punto de vista, se quiere convertir en polémica lo que es una situación histórica y jurídicamente indiscutible, la pertenencia a la diócesis cordobesa de la catedral-mezquita.

La discusión nace cuando un líder musulmán español, muy controvertido en el seno de su propia confesión, pidió que la mezquita fuese compartida por cristianos y musulmanes. Ninguna razón avalaba su propuesta y, en buena medida, quedó dejada de lado por el propio Islam en España. No podían alegarse ejemplos de mezquitas abiertas a cultos compartidos en otros países para reclamar una cierta reciprocidad. Aunque también es cierto que hoy estamos tratando de acercar a las religiones entre sí, que queremos olvidar los odios del pasado; basta haber visto al Papa Francisco y a los Presidentes de Israel y Palestina junto a altos representantes de la Iglesia ortodoxa, Islam y judaísmo, orando juntos en el Vaticano. Evidentemente, ése podría ser el camino para el entendimiento y no el enfrentamiento.

Ahora que esa vía ha sido dejada de lado, la reivindicación ha tomado otros derroteros cuando algunos líderes políticos han visto allí una puerta abierta para distraer la atención pública de otros problemas; dicen que la mezquita ha de pertenecer al Estado.

Según declaraciones de una lideresa política, no es «legítimo ni razonable», que la Iglesia la inscribiera como propia en 2006 por tan solo 30 euros. «La titularidad de la Mezquita de Córdoba tiene que ser pública, en eso no tengo ninguna duda. Tiene que ser de los cordobeses, de los andaluces y de los españoles. Y la titularidad no la puede impedir nadie porque la inmatricule por 30 euros» terminó diciendo la ya mencionada señora.

Aquí habría que aclarar algo: Sólo puede solicitar la inscripción en el Registro, el que adquiera el derecho, el que lo transmita, el que tenga interés en asegurar el derecho que se deba inscribir o, el que tenga la representación de cualquiera de ellos. Uno de los efectos que produce la inmatriculación es la legitimación registral, Es decir, a todos los efectos legales se presumirá que los derechos reales inscritos existen y pertenecen a su titular en la forma determinada por el asiento respectivo. De igual modo se presumirá que quien tenga inscrito el dominio o los derechos reales tiene la posesión de los mismos. Luego, lo primero que debería hacerse para llevar a cabo la deslegitimación es denunciarlo ante la justicia y demostrar que el Rey Fernando III no entregó a la Iglesia católica la mezquita.

¿En nombre de qué Derecho se arrogan una propiedad ajena? Realmente, bajo la legislación española sólo hay una figura jurídica que cabría utilizar y es la expropiación. Tiene un inconveniente, ha de efectuarse por motivos de utilidad pública o interés social previstos en las leyes. Esos motivos no existen, está claro: ¿Han reivindicado otros monumentos patrimonio de la humanidad? ¿acaso el barrio del Albaizín, en Granada, o la Catedral de Sevilla?

¿O es que sueñan algunos políticos, tal vez, en un hipotético apoyo islámico y así conseguir unos cuantos votos en sus comicios autonómicos? Evidentemente las razones que realmente hay para fomentar la controversia tienen orígenes muy diferentes.  Pero lo que sí que resulta cierto es que si, en lugar de dedicarse a crear polémica, se dedicasen nuestros políticos a «Gobernar» pensando en servir a todos los ciudadanos, otro gallo nos cantaría.

8 comentarios en “La Mezquita de Córdoba, ¿problema de derecho de propiedad o polémica artificial?”

    1. Muchas gracias por haber hecho de mi blog un referente dentro de vuestro interesante artículo dedicado a la Iglesia del Sagrario de Granada. Es un reconocimiento que me llena de orgullo.

      Un saludo muy cordial y os animo a que sigáis difundiendo nuestro patrimonio cultural.

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